viernes, 16 de febrero de 2018

ANHELO/DISTOPIA

Rakk estaba de rodillas y maniatado justo en el centro de aquella sala fría que era la esclusa número 23 de la nave de ejecución Kali, su nombre le venia que ni pintado, el nombre de la diosa hindú de la ira, la nave pertenecía a la corporación Chikara que en la actualidad tenia todo el control sobre el planeta tierra.

Rakk era un tipo enorme cubierto de cicatrices, con un enorme tatuaje que cubría todo su rostro, era un guerrero criado desde pequeño para morir en la lucha, sabía perfectamente que no le quedaba mucho tiempo, no se arrepentía en absoluto de sus actos, volvería a hacerlo un millón de veces si hiciera falta para aniquilar a toda esa panda de grandisimos hijos de puta, la Chikara llevaba ya mas de un siglo de dominio sobre nuestro mundo conocido, dejando el planeta despedazado, sumido en un intenso control y en una pérdida de la dignidad absoluta. Rakk disfrutaría volviendo a ver esas gargantas abiertas y esos últimos estertores de Chikarianos, ellos despreciaban la vida humana, un páramo desolado es lo que queda del antiguo planeta tierra, millones de personas calcinadas en ciudades/ratoneras subterráneas sin poder volver a contemplar ni un jodido atardecer, ni disfrutar del calor de un rayo de sol, Rakk sentía una rabia infinita hacia aquella gente que vivía en su realidad de ciudades aéreas repletas de lujo y superficialidad.

Podía empezar a sentir el eterno frío del espacio profundo cuando las puertas de la esclusa empezaron a abrirse, el verdugo pulso el botón que conduciría a Rakk a la muerte, inspiró todo lo que pudo para ir soltando el aire lentamente por la boca, esto haría que se vaciaran su pulmones evitando que estallasen al exponerse al vacío, sabia que era una muerte rápida y quería hacerla indolora, en 10/15 segundos moriría de asfixia, su corazón pararía de latir, un desmayo del cual no despertaría jamas.

Al menos 100 chais ( así era como se conocía a los habitantes de la tierra) vieron aquella ejecución, un aviso, una señal para que viera todo el mundo como la Chikara tenia el control, la fuerza,el poder....así era como acababas si el tribunal de jodidos sádicos te considerara Disidente.



Random estuvo en aquella ejecución, elegían al azar a gente para infundir terror, Random no sintió nada, permaneció impasible, sentía el mismo odio hacia los Chikarianos que aquel pobre diablo,pero también sentía un sentimiento de asco y vergüenza hacia la especie humana en general, el hombre siempre ha sido un lobo para el hombre y así lo seguirá siendo.


Estaba apoyado en un muro que rezaba "Tus manos y tu alma pertenecen a la corporación, tu dignidad no existe, tu vida permanece en la miseria" estaba escrito con un spray de tono mate, rojo como la sangre, sobre fondo negro. Vestía de negro con un típico traje anti radiacón de kevlar, el casco del mismo color le servia de asiento,era un tipo delgado y nervudo, llevaba un lateral de su cabeza rapado y el resto con un pelo lleno de canas que crecía a su antojo. Se encendió su cigarro de sartran, aquel hongo morado de formas circulares que nacían de un modo totalmente aleatorio era puro placer y era además su forma de vida, llevaba traficando desde que tenía uso de razón, le hacia no morir de hambre y esas incursiones suicidas a la superficie para recolectarlo le hacían sentirse vivo; eso era simplemente lo que buscaba sentirse vivo. El sartran empezó a hacerle efecto, disfrutaba con esa distorsión de la realidad, alucinaciones y delirios que sabia apreciar y que le ayudaban a sobrevivir en este mundo post-apocaliptico de mierda, no tardó en aparecer...la figura de un hombre que estaba a su lado, apoyado en el muro, no llevaba ropa y su piel estaba repleta de escamas, su cráneo lleno de formas rectilíneas y sus dientes cónicos.

-¿ Eres un puto hombre lagarto?- preguntó Random mientras tiraba aquel humo morado que desprendía el satran

- ¿Eres un puto humano?- pregunto aquella especie de reptil humanoide.

- No me jodas,no tengo tiempo para ti - dijo con desdén, cuando al mirarle directamente a los ojos se dio cuenta que eran humanos.

Aquel satran crecía cada día mas potente, expuesto a niveles de radiación mas altos en la superficie, acabaría por volverle loco.

- Mi nombre es Kuog y solo he venido a advertirte, te están buscando y ahora mismo están cerca- aquel tono no parecía broma precisamente.

- Mira Kuog, pirate y déjame en paz, estoy esperando a alg..-Random calló de repente, Kuog se había desvanecido - puto satran!- pensó mientras daba una enorme calada.

Estaba apurando su cigarro cuando la vio aparecer, su instinto animal explotaba en su interior cuando ella estaba cerca, solo con verla.

- Hola bichejo!- Larisa le abrazó y cogió su mano- tengo un sitio seguro aquí cerca.

Hacía tiempo que se veía con Larisa, era todo pasión y podían estar hablando horas y horas de cualquier cosa, A Random le encantaba su sonrisa y ese cuerpo curvilineo repleto de energía...no podía parar de pensar en follarla todo el tiempo.

- Ey hola -contestó Random, reprimiendo un tremendo impulso de agarrarla y besar esos labios que sabían tan ricos, Solo follaban en distantes quedadas, que se hacían siempre salvajemente placenteras.

- venga rápido! a los Zanbinai no les gusta esperar!- dijo Larisa siempre con su energía inagotable.

Los Zanbinai era un clan extremadamente violento formado por los descendientes de los supervivientes del Holocausto nuclear hacia mas de un siglo, la corporación lanzo todas sus armas nucleares cuando todos sus dirigentes estaban a salvo en aquellas ciudades flotantes, la seña de los Zanbinai eran aquellos tatuajes que recubrían todo su cuerpo, cerezos y mascaras de muerte en grandes trazos circulares, solo sabían solucionar sus problemas de una manera, a golpe de katana. 

- van a pagar toda la merca esta vez?- pregunto malhumorado, cuando de repente vio a un par de cyborgs de la chikara aparecer por el callejón, aquellos cerdos de la corporación ni siquiera bajan ellos mismos a hacer el trabajo sucio. - putos cobardes de mierda pensó- mientras puso su mano en su espalda para agarrar el mango del cuchillo que llevaba siempre en la goma de su pantalón.

Esos perros de la chikara venían empuñando sus armas de fuego y soltaron la primera ráfaga que alcanzo de lleno a Larisa destrozándole el vientre, Random explotó, solo hacia falta un estimulo potente para desatar el efecto mas interesante del satran, pasaba de vez en cuando y no a todo al mundo, pero a Random le tocó ese cuestionado  don, un instinto animal que hizo que empezara a notar toda su musculatura en tensión, a hervirle la sangre, a querer arrancar de cuajo el corazón de sus enemigos.Todo paso en escasos segundos.




Random estaba de rodillas acuchillando el cuello de uno de aquellos pseudo humanos creados en laboratorios Chikarienses, lo apuñalaba a gran velocidad, la sangre saltaba como si de un aspersor se tratase, ese ritmo fue aminorando cuando los efectos del satran fuerón disminuyendo, miró a su alrededor, todo desolación y muerte, no sabia que cojones pasaba, solo sabia que quería matarlos a todos.



CONTINUARÁ...



jueves, 18 de enero de 2018

DIOS LO PUEDE TODO


¿Cuánto tiempo había pasado desde que se encontraron con esa cosa?, Candela no paraba de preguntarse cuanto más intentaría darles caza...

Jon y Candela no podrían haber imaginado jamás como de jodida se convertiría aquella aventura que decidieron emprender por el bosque Aokigahara...A Jon le fascinaba la naturaleza y siempre había querido visitar este mágico bosque también conocido como el "Mar de árboles", nacido de las cascadas de lava que bajaban por la ladera del Monte Fuji, cuando este estaba aun activo entre los años 800 y 1083.


Candela no tenia manera de recordar exactamente cuando empezó toda esta mierda...Estaba sentada en las raíces de un inmenso árbol con Jon en su regazo. 

- Este puto bosque es demasiado denso joder-balbuceaba Candela con los labios temblorosos y empapada por aquella lluvia que sabia como a ceniza.- Me estoy volviendo loca..-se decía, mientras no paraba de intentar recordar cuanto tiempo llevaban huyendo, ya sin comida, terriblemente rotos y maltrechos, alguien les echaría en falta y vendrían a buscarlos.- Tengo que ser fuerte...Jon...Jon! ¿me oyes?. 

Jon dormía en su regazo como si nada de eso fuera con el, de lo que si se acordaba perfectamente era del segundo día de aquella maldita excursión.





Ella estaba tumbada y el le miraba directamente a los ojos, le decía que no podía parar de follarla y eso le excitaba todavía aún más...
Después de pasar toda una tarde dentro de la tienda sin parar de gozarse, Candela quería salir a darse un baño en el riachuelo que habían visto justo antes de acampar.

 - Donde vas bonita? -le dijo Jon poniendo su mano en el interior de su muslo.

 - Tengo mucho calor y estoy empapada, voy a darme un baño. te vienes?

- Mmm..., creo que me quedare esperándote ansioso a que vengas, quiero comerte toda la noche. 

Candela salió de la tienda con un pareo y su tabaco.

 - Joder que mal rollo que da este bosque-pensó mientras se encendía un piti en la orilla del arroyo y metía sus pies desnudos en el agua. Jon era un buen tipo aunque tremendamente religioso y eso, a Candela, que no había creído en su vida, no le gustaba mucho, era un buen tipo y además sentía esa conexión salvaje que aparece de vez en cuando y que hace que todo sea fuego. - Deja de decir gilipolleces por favor- le decía cuando el trataba de explicarle su fe y su devoción, siempre tenían bronca y siempre acababa de la misma manera... con sexo salvaje.

- Esto es un jodido bucle, tengo que hacer algo- hablaba en voz alta Candela cuando de repente oyó un ruido a escasos metros, dirigió la mirada allí. Una figura de un niño...de espaldas, estaba dentro del riachuelo con el agua por los tobillos y vestido con harapos, tenia el pelo largo y negro, de su cuerpo caían gotas de un color rojo que olían a hierro.

 - Ey! ¿estas bien?.-parece que estas sangrando. Un chillido agudo y desgarrador como de otro mundo o de otra jodida dimensión rompió el silencio de aquel bosque negro.



- Pero que coño! Jon! Joooon!.

Cuando Jon apareció tras escuchar los gritos flipó con aquella escena, Candela estaba paralizada y una figura como la de un niño se acercaba a ella lentamente extendiendo su mano de la que caían aquellas gotas rojas y pesadas como el metal.

¿Puro instinto, valentía? que mas da, Jon se abalanzó sobre aquel niño y agarro su hombro, aquella cosa se giro mostrando su rostro, por llamarlo de alguna manera,era totalmente liso, ni nariz, ni boca, ni nada de nada. Jon quiso gritar pero de su boca no salio ningún sonido. 

Todo se desvaneció.




Jon despertó de dolor, un enorme dolor que recorría su cuerpo, dolor físico pero también mental...desconsuelo...angustia, Candela estaba allí, de rodillas y chorreando sangre.

- ¿Pero que!?-balbuceo Jon.

Shhhh!, tengo que parar esto como sea!- le dijo Candela brutalmente alterada.

Dirigió la mirada a lo que estaba haciendo Candela y no pudo creer lo que vio...

Ya no tenia manos, solo dos muñones viscosos. Candela estaba haciéndole torniquetes con harapos de su propia ropa. Las manos de Candela no paraban de temblar.




¿Hace cuanto del encuentro con aquella cosa?. Era incapaz de recordarlo, Candela despertó a Jon.

.- Ey! despierta, vamos. 

Jon entreabrió los ojos. -no puedo mas, déjame dormir...

- No me jodas tío, vamos, solo un ultimo esfuerzo, hace un rato he conseguido señal en el GPS durante unos segundos y no estamos lejos de salir de este puto bosque, debería conectarse otra vez!. 

Durante toda aquella huida interminable el GPS llevaba haciendo lo mismo, breves conexiones en las que era imposible ubicarse.

- Tengo que contarte algo-dijo Jon, su tono no presagiaba nada bueno.- todo esto esta lleno de Lava y su campo magnético no deja que tengas señal de ningún tipo, si sacases una brújula rodaría como una peonza...no puedo creer lo que te estoy diciendo, pero creo que la leyenda es cierta.

 - ¿Que ostias estas diciendo?-tronó Candela.

- Escucha, hace años que estoy fascinado con esta leyenda y te juro por dios que no esperaba que fuera real! oh! acabo de blasfemar. 

- A ver, a ver...-los ojos de Candela desprendían un enorme cabreo.

 - Escúchame por favor, dice la leyenda que las familias mas pobres dejaban aquí a los niños y ancianos que no podían alimentar, abandonándolos a su suerte, dicen que los fantasmas de estos rondan por aquí alimentándose de las almas de los que se adentran en el.

- ¿En serio?, ¿de todos los sitios que hay en este mundo hemos venido al bosque mas jodidamente macabro que hayas podido encontrar?-recrimino Candela.

- Oh!, Vamos!, no podía imaginar que toda esa mierda fuera real!, he venido por puro morbo!.

 - Bueno, vamos a concentrarnos en salir de aquí, diría que el GPS indicaba aquella dirección, no estoy segura, fueron solo unos segund...Jon puso su muñón en la boca de Candela. 

- Pero que coño haces!- gritó Candela mientras empujaba a Jon apartándole de ella.

 - Escucha amor mio, mi madre me enseño una oración para combatir los malos espíritus, solamente tenemos que quedarnos aquí y rezar juntos, solo la fe puede salvarnos de una atrocidad como esta. 

Candela lo agarro por los hombros, y mientras le zarandeaba le dijo:

- Mira, estas desorientado, has perdido mucha sangre y sabes que esa maldita cosa aparece siempre sin avisar, tenemos que estar moviéndonos constantemente si no queremos que nos arranquen de cuajo nada más, llevamos descansando mucho tiempo.

El la miró directamente a los ojos - Confía en mi y confía en dios todopoderoso mi amor.

 A Candela se le estaba empezando a agotar la paciencia, cuando de repente todo empezó a oler a una mezcla de hierro y azufre, siempre pasaba cuando esa cosa estaba cerca. 

- Jon levanta! esta aquí otra vez! 

- Déjame, confía en mi. 

Candela intento agarrarle y tirar de el, tenían que salir de allí!. El la apartó de un empujón y se arrodilló, cubierto de barro hasta la cadera parecía un verdadero Mesías, se quitó lo que quedaba de su ropa y empezó a rezar en latín, en un tono de voz que parecía de ultratumba.

- No! joder!, demasiado tarde-. Pensó Candela.

 Aquella cosa estaba allí en frente de Jon, todo su cuerpo estaba repleto de agujeros, círculos profundos y perfectos de los que brotaba aquella especie de sangre densa y roja, que se mimetizaba con el rojo de las hojas de aquel diabólico bosque, en aquel otoño inesperado, de aquella cosa lisa que tenia por cara empezó a brotar un circulo con dientes como cuchillas y otro...y otro...formando una delirante y dentada espiral infinita. Ella quiso correr, pero era demasiado tarde, estaba totalmente paralizada con una enorme sensación de desconsuelo y tristeza. 

Aquella espiral comenzó a devorar el estomago de Jon como si de un taladro se tratase,destrozando su columna vertebral, haciendo que su cuerpo se entornase, arqueándose hacia atrás de una forma inverosímil, su cabeza colgaba como un péndulo y mirando a Candela del revés le dijo:

- Cariño, yo...

- CIERRA LA PUTA BOCA GILIPOLLAS DE MIERDA! VES PARA QUE SIRVE LA FE, LA DEVOCIÓN Y TODA ESA BASURA! SIRVE PARA QUE TE LA METAS POR EL CULO Y QUE TE SALGA POR LA BOCA! A VER SI ASÍ DEJAS DE DECIR TANTAS GILIPOLLECES PUTO BEATO DE MIERDA!.-aulló Candela mientras veía como aquel demonio se arrastraba hacia ella.